Son muchos los escaparates que han visto expuesta la obra Retorno a Roma de Alicia Padrón. Se aprecia, además, cómo se ha destacado el libro, en multitud de ocasiones, como uno de los más leídos. No es para menos, la genial doctora ha dado con la clave de la novela histórica actual, muy lejos de aquellos ladrillos plúmbeos provenientes de mentes eruditas, inefables y densas.
Un lenguaje más ligero, una trama que lleva al lector sobre una alfombra mágica desde el principio y la veracidad que solo puede aportad una gran conocedora de la Roma más clásica, se combinan en un cocktail sorprendente, hipnótico y bien hilado, donde el amor resulta el catalizador infalible de una reacción llena de química entre lector y autora.
Son nuevos tiempos para la novela histórica, un género que no atraviesa el mejor de los momentos comerciales y al que hay que devolver su lugar preponderante en un país tan cargado de Historia como el nuestro. Es posible que la vieja guardia de la ortodoxia histórica mire con desdén estos cambios y que sus aguerridas plumas sigan cargadas de densas tintas, como también es probable que emerjan nuevas figuras capaces de renovar el gastado florilegio hispánico. Ya tenemos a una de ellas: Alicia Padrón ha puesto la pica en el Flandes de la novela histórica más entretenida y más respetuosa con nuestro enorme pasado.
Fdo.: Luis Folgado de Torres, editor
Para incitar al lector que prefiere la fantasía a la novela histórica, me parece acertado introducir agilidad narrativa, más diálogo, cruce de hechos históricos comprobados con personajes irreales, ubicaciones y todo cuanto la fantasía nos permita. Siempre dejando todo claro y bien dosificado.