El grado de notoriedad del autor suele estar muy presente en el momento de decidir sobre la publicación de una obra, por parte de las editoriales españolas tradicionales que no en las editoriales de autoedición. Es mucho lo que está en juego tras la decisión de publicar un libro y el editor debe afinar la puntería. Las probabilidades de éxito del libro de un autor conocido son exponencialmente mayores que las de un autor a quien nadie conoce en el momento de la publicación. El escritor hizo parte de su trabajo durante los años previos al envío del manuscrito a las editoriales españolas. Leer más estudiar, pertenecer a grupos literarios, presentar obras anteriores en ferias de libros, mantener viva una red social importante, buscar suerte en concursos literarios y mucho más. Ahora tiene una excelente obra que ofrecer a editoriales que van a tener muy en cuenta todo el trabajo previo. Pretender lo contrario está muy bien como sueño y es verdad que en algunas ocasiones ha sucedido, pero la probabilidad de un autor completamente desconocido sea publicado por cualquiera de las editoriales tradicionales españolas es inferior a la de jugar a la lotería.
Vivimos en los tiempos en que la cultura del esfuerzo ha desaparecido casi por completo y son muchos los autores que pretenden dar el gran salto, al socaire de ejemplos como el de J.K. Rowlin, y convertirse así en afamados escritores. “Pero la fama cuesta y es aquí donde vais a tener que sudar”, que diría la legendaria profesora de la mítica serie Fame. Tenía razón esta muchacha; todo lo que se pretende conseguir cuesta un gran esfuerzo, cuanto más la notoriedad y el reconocimiento. El parnaso de los grandes de la literatura está reservado a muy pocos y a grandes esfuerzos.
El camino de la autopublicación es más corto y por ello no lleva casi a ninguna parte. Por el contrario, la senda de la edición tradicional conlleva un esfuerzo previo, ya mencionado, que no todos los escritores están dispuestos a realizar. Aristóteles dixit: “Justicia es dar a cada quien lo que le corresponde”; pues eso.