Terrorismo y contraterrorismo en España. La experiencia

ISBN: 978-84-121486-6-4

ISBN digital: 978-84-121486-7-1

Depósito legal: M-6799-2021

Número de páginas: 208

Formato: 150×230

Autor: Fernando Pinto Cebrián

Biografía:

Fernando Pinto Cebrián es coronel de infantería y diplomado de Estado Mayor retirado. Prestó servicio, además, en el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) siendo técnico de inteligencia, licenciado en Geografía e Historia por la UNED doctor en Historia por el Instituto Universitario de Historia Simancas. Es miembro correspondiente de la Sociedad de Geografía de Brasil, socio fundador de la Asociación Española de Historia Militar y miembro de la Asociación Española de Militares Escritores así como de la Asociación de Exmiembros del Servicio de Inteligencia Español. Ha sido agregado a las embajadas de España en Brasil, Mauritania, Mali, Senegal y Angola. Es autor de diversas publicaciones dedicadas a la historia, geografía y antropología y al terrorismo contemporáneo. Entre ellas destacan Las razones de la sinrazón de los terrorismos contemporáneos (Finvespol, 2017) o Terrorismo yihadista e inteligencia (Ediciones Áltera, 2019).

Sinopsis:

Desde el final de la II GM fueron muchas las sociedades que tuvieron que enfrentarse a unos terrorismos, hoy considerados «viejos» o tradicionales, al compararlos con las nuevas olas de terror yihadista. España, como otros países europeos, ha sido golpeada con fuerza por la violencia de ambas modalidades de terrorismo. Habiendo derrotado a diversos grupos terroristas tradicionales, nos enfrentamos ahora al «nuevo» terrorismo yihadista, aprovechando la experiencia antiterrorista obtenida, principalmente, en la reciente lucha contra ETA. Una experiencia que, desde el conocimiento de sus diferencias con este otro terrorismo, nos ha permitido adaptarnos más rápidamente, según sugieren los analistas, a la nueva ola de violencia. No obstante, y siendo conscientes de la complejidad de este terrorismo basado en la guerra religiosa, todos abordan la necesidad de que las estructuras antiterroristas sufran las transformaciones necesarias hasta estar preparadas profesionalmente, teniendo en cuenta que el terrorismo de ETA no es equiparable al yihadista.

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